Se nota que vengo de Roma, ¿verdad?. Ainssss, la bella Italia... Cómo me gusta este país, no me canso de visitar sus ciudades y de hecho no me importaría repetir alguna de ellas.
Roma era un viaje que teníamos pendiente desde hace mucho tiempo, incluso habíamos hecho una reserva, pero no pudimos ir debido a un lamentable accidente... ¡Cosas que pasan!
Han sido unas mini vacaciones, nos fuimos el jueves y tuve la gran coincidencia de encontrarme en el aeropuerto con mi queridísimo Manu Ruiz de Cocinando con Catman y a Lidia de Atrapada en mi cocina a quien no conocía y por supuesto me encantó ponerle cara :). A quien no vi por los pelos fue a Mª José de Dit i Fet y me dio mucha pena... ¡Pero no se puede tener todo!.
Roma es un lugar para ir y saborear... Perderte en sus calles es algo que no puedes dejar de hacer, sus restaurantes con las mesas a pie de calle... Roma es ¡romántica!.
Me vengo de allí con algún kilo de más (que espero quitarme en breve) y con un herpe... Y diréis ¿un herpe? pues si y es que estas cosas pasan cuando comes algo con asco o te sienta mal, ¿no? Pues eso me pasó a mi, que estaba degustando un maravilloso plato de pasta hecha a mano con setas y cuando ya me había comido medio plato me encuentro con un habitante... Escarbo un poquito más y me encuentro con otro, sigo mirando y veo ¡otro más!, ahí ya dejé de mirar, entendéis porqué ¿verdad?.
A partir de ese día se acabaron las setas :)
Pero bueno, ese ha sido el único incidente que hemos tenido, todo lo demás ha sido ¡fantástico!.
Soy una mujer sencilla, lo sé, y con cosas muy básicas soy feliz, es el caso de las Brushettas al pomodoro, ha sido mi entrante preferido en casi todas las comidas.
Cuando estaba allí pensaba: ¡esto tengo que compartirlo en mi blog! y aquí estoy con una idea de entrante que os encantará ;).
En este caso me he decidido por hacer yo misma el pan, ¡raro en mi! porque ya sabéis que aunque me encanta comerlo, soy de poco hacerlo por la dificultad que tiene, peeeeeeero, justamente me traje de allí un libro "La Magia del Forno" de Paul Hollywood, que fíjate qué casualidad, que ayer vi que Canal Cocina emitirá programas de este buen hombre... En fin, que hojeando el libro vi que tenía un pan muy sencillote, que ni siquiera necesitaba levado y apenas amasado, así que me dije, ¡éste es el mío!.
La miga es densa, justo como a mi me gusta y como la necesitaba para mi bruschetta, para que aguante bien la montañita de tomate :).
Ingredientes:
Para el Pan de Soda:
- 500 g de harina blanca
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 2 cucharaditas de sal
- 400 ml de Buttermilk
Para 2 Brushettas:
- 2 tomates maduros y de excelente calidad
- aceite
- orégano seco
- sal
- ajo
Preparación:
Pan de Soda:
Precalienta el horno a 200ºC.
En un bol pon los ingredientes secos y mezcla bien. Añade el buttermilk y mezcla hasta conseguir una masa pegajosa. Retira del bol y ponla sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada.
Forma una bola trabajando sólo con la palma de la mano. Prepara una bandeja con papel de horno y pon el pan encima. Con una cuchilla haz un corte profundo en forma de cruz (yo sólo le hice cosquillas), espolvorea harina por encima y mételo en el horno unos 45 minutos. El tiempo siempre es orientativo, fíjate que esté dorado.
Retira del horno y deja enfriar sobre una rejilla.
Para preparar las bruschetas:
Corta los tomates a dados pequeños y ponlos en un bol, condimenta con el aceite, la sal y el orégano al gusto.
Corta el pan en rebanadas no muy finas y ponlas a dorar en un grill. Cuando estén tostadas, corta un ajo por la mitad y restriégalo ligeramente.
Coloca el tomate aliñado por encima y ¡disfruta!
Espero que os haya gustado mi Brushetta al Pomodoro, que desde hoy declaro un básico en mi cocina.
Por cierto, hoy es día de publicación en María Lunarillos, y os traigo unos terroríficos cupcakes de Halloween :).