Creo que debo ser de las pocas personas que no había hecho ni probado los Cinnamon Rolls, y vaya lo que me estaba perdiendo!!!
Cómo describiros ésta pequeña maravilla? Son frescos, jugosos y aunque lo parezcan, nada empalagosos!
Me han gustado tanto que no será la última vez que los haga, además, tendré que hacerlos pronto para compensar a Mario (compañero de clase) que esta mañana se ha quedado sin probarlos por llegar tarde :DDD.
El único consejo que os doy, es que cuando los metáis en el horno no hagáis lo que hice yo, que me fui a tender una lavadora... son 8 minutos de horneado a 250º, así que cuando me quise dar cuenta ya estaban más que tostados! Estaban buenos, pero claro no pasaban el "photocall" :DDD, así que me tocó repetirlos...
Yo os invito a que probéis estos deliciosos bocados porque de verdad, son una auténtica gozada!!!
Ingredientes:
Para la masa
- 550 gr. de harina de repostería
- 25 gr. de levadura fresca
- 300 ml. de leche
- 75 gr. de azúcar
- 75 gr. de mantequilla (a temperatura ambiente)
- Una pizca de sal
Para el relleno:
- Azúcar moreno
- Azúcar blanco
- Canela
- Mantequilla
Preparación:
Templamos la leche y disolvemos en ella la levadura fresca y reservamos.
En el bol del robot amasador mezclamos la harina, el azúcar y la sal. Seguidamente añadimos la mantequilla derretida y que siga mezclando, por último añadimos leche con la levadura que teníamos reservada. Amasar hasta conseguir una masa elástica, unos 2 minutos. Finalizado el tiempo la sacamos y acabamos de amasar con las manos. La masa estará lista cuando hundas un dedo en ella y recupere la forma con facilidad. Deja reposar la masa en un bol tapada con papel film en un lugar cálido y fuera de las corrientes de aire.
Si tienes Thermomix sigue éstos pasos:
Vierte la leche y la mantequilla en el vaso, programa 3 minutos, 37º de temperatura, velocidad 4. Finalizado el tiempo añade la levadura y mezcla unos segundos a velocidad 5. Cuando ya esté disuelta añade la harina, el azúcar y la sal, amasa 4 minutos velocidad Espiga. Deja reposar la masa en el mismo vaso tapada con un paño de cocina, hasta que doble su volumen.
Una vez tengamos nuestra masa lista, enharinamos la superficie donde vayamos a trabajar, y con la ayuda de un rodilla la estiramos dando forma de rectángulo.
Pincelamos toda la superficie con mantequilla derretida. Asegúrate de que esté bien impregnada de ella, de eso dependerá que quede más jugosa, deja un centímetro de margen por el lado ancho para que pueda cerrar.
En un cuenco mezclamos los dos tipos de azúcar y la canela. Cantidades? yo lo hice a ojo, puse más azúcar moreno que blanco y fui generosa con la canela...
Extendemos sobre la superficie la mezcla anterior, que cubra bien, pero sin que llegue a ser "pegote".
Enrollamos la masa por el lado largo y el centímetro que habíamos dejado sin untar lo pincelamos con agua para que se pegue.
Con un cuchillo bien afilado vamos cortando los rollitos, de unos dos centímetros aproximadamente y los vamos colocando un poco separados en la bandeja de hornear sobre papel de horno.
Tapamos con papel film y dejamos reposar unos 30 minutos.
Una vez reposados, pincelamos con huevo batido y los introducimos en el horno, previamente calentado a 250º, unos 8 minutos.
Retira y deja enfriar sobre una rejilla.
Para el glaseado:
Calentamos en un cazo el azúcar glas con una cucharada de limón y tres de agua. Removemos hasta conseguir la consistencia deseada.
Que los disfrutes ;)